Con las técnicas actuales de detección precoz de cáncer cutáneo, muchos de estos tumores se diagnostican y tratan en etapas precoces de la enfermedad; por desgracia, seguimos encontrando casos en que es necesaria la administración de quimioterapia o inmunoterapia para controlar la enfermedad, así como la realización periódica de pruebas de imagen.
La mayoría de carcinomas basocelulares se diagnostican cuando son fácilmente extirpables quirúrgicamente, lográndose en la mayoría de los casos la curación de la enfermedad de esta manera. Para las ocasiones en que el tumor es de un tamaño considerable, o se encuentra en alguna localización anatómica cuya reconstrucción quirúrgica una vez extirpada la lesión pueda tener importantes secuelas estéticas, existe un nuevo fármaco oral que consigue la disminución del tamaño del tumor e incluso, en ocasiones, su resolución.
El tratamiento del melanoma avanzado ha sufrido una revolución desde la introducción de la inmunoterapia, consiguiéndose cifras de supervivencia superiores a las que se alcanzaban con los tratamientos existentes hasta el momento. Los fármacos disponibles actualmente van dirigidos principalmente frente a las moléculas CTLA-4 y PD-1, que ejercen un efecto inhibidor sobre la respuesta inmune antitumoral.
En cualquier caso, la indicación de estos nuevos medicamentos y el seguimiento de los pacientes que pueden beneficiarse de ellos debe realizarse de manera coordinada por parte de dermatólogos y oncólogos.