Los 3 tipos más frecuentes de cáncer de piel son el epitelioma o carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide, escamoso o espinocelular y el melanoma. Los dos primeros derivan de las células epiteliales de nuestra epidermis. El melanoma deriva de los melanocitos, la célula responsable del contenido de melanina y del color de nuestra piel, del bronceado y de la presencia de lunares (tumores benignos formados por la proliferación y acumulación local de estos melanocitos).
El epitelioma basocelular es el más frecuente de los tres y el menos agresivo pues sólo de forma excepcional produce metástasis, aunque puede ser localmente agresivo, sobre todo en la cara. La mejor forma de tratarlo es mediante la cirugía de mohs.
Lo contrario ocurre con el melanoma: es el menos frecuente de los 3 pero el que tiene mayor tendencia a producir metástasis pudiendo llegar a poner en riesgo la vida del paciente cuando se diagnostica tarde.
La radiación solar excesiva sin duda favorece la aparición de estas 3 formas de cáncer de piel, aunque la relación entre el sol y los diferentes tipos y subtipos de cáncer de piel es compleja. Los carcinomas escamosos y algunas variantes de epitelioma basocelular y de melanoma, sobre todo a nivel facial, se relacionarían con la exposición solar crónica. Otras variantes de epitelioma basocelular y de melanoma, sobre todo en el tronco, tendrían más relación con las quemaduras solares sufridas en las primeras 3 décadas de la vida, aunque el tumor aparezca años después.
Prevención
La mayoría de los cánceres de piel pueden prevenirse. Las estrategias preventivas pueden lograr una reducción del número de casos de cáncer de piel, aliviar el dolor y disminuir el número de muertes. Esto implica educar al público acerca de los factores de riesgo, la prevención y la detección del cáncer de piel.
Es importante que, tanto los profesionales de la salud como los afectados, recuerden a todos el peligro que representa la exposición excesiva sin protección y que les convenzan de lo fácil que resulta proteger la piel de la radiación ultravioleta.
La mejor forma de prevenir los cánceres dermatológicos es evitando las quemaduras solares (con énfasis en la infancia y juventud) y evitando también la exposición prolongada y reiterada al sol, especialmente en el entorno del mediodía (de 12 a 17 horas).
La ropa adecuada según las circunstancias, las gafas de sol y el uso de sombreros y gorras con visera ancha son de utilidad obvia en este sentido. En algunas zonas están ganando popularidad algunas sombrillas de mano, de tamaño y peso similar a un paraguas, diseñadas con una tela que nos protege de la radiación ultravioleta.
Fotoprotección cosmética. Las cremas solares pueden también a ayudarnos a protegernos frente al exceso de sol y a evitar quemaduras solares. Hay multitud de productos que cada vez se adaptan mejor a diferentes tipos de pieles y a distintas zonas corporales.
Deben poseer un factor de protección solar de 30 SPF o más. Es importante revisar su fecha de caducidad; algunos de los ingredientes de estas fórmulas se descomponen con el paso del tiempo. La crema solar debe aplicarse en cualquier lugar susceptible de ser alcanzado por los rayos de sol (inclusive las orejas, la parte posterior del cuello y aquellas zonas del cuero cabelludo donde no crece el cabello). Es necesario aplicarlas 30 minutos antes de salir de casa para que se asienten y renovarlas cada hora si se suda o se nada.
Quimioprevención. Es un área de investigación activa que conlleva el uso de medicamentos para prevenir que se formen cánceres. Es probable que resulte más eficaz en personas con un alto riesgo (especialmente cáncer de células escamosas), como aquellas con antecedentes o las que han recibido un trasplante de órgano. Los retinoides han mostrado ser algo promisorios, aunque pueden causar efectos secundarios, como defectos de nacimiento. Por esta razón no se usan ampliamente, excepto en personas con un riesgo muy alto.
Vacunas. Los cánceres de células escamosas que comienzan en la región genital representan casi la mitad de las muertes causadas por cánceres de los queratinocitos. Muchos de ellos pueden estar estrechamente relacionados con ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH), susceptible de ser transmitido por contacto sexual. En los últimos años se han desarrollado vacunas útiles en la protección contra algunos.
Revisiones médicas. Aunque su tumor ha sido extirpado, otro tumor puede aparecer en el mismo sitio o cercano a él, estas recurrencias normalmente aparecen tras los 2 primeros años de haber tratado el tumor, por lo que es conveniente que acuda periódicamente a las revisiones que se le indiquen para detectar precozmente las recidivas o la aparición de un nuevo tumor.
Creemos que el éxito en la prevención y el diagnóstico precoz del cáncer de piel es el resultado de la combinación de médicos con experiencia y entusiasmo en esta labor, tecnología adecuada para ese fin con tiempo suficiente de consulta por paciente, y pacientes bien informados que sigan las pautas sencillas de seguimiento médico, autovigilancia y protección solar que les transmitimos. Intentamos transmitir esta información con claridad y sin alarmismo.
Para alcanzar estos fines, ponemos a disposición de nuestros pacientes y de las personas interesadas que accedan a nuestra página web los siguientes documentos informativos acerca de:
2. Seguimiento con dermatoscopia digital.