Angioma: qué es, tipos y tratamientos

Los angiomas son malformaciones benignas de los vasos sanguíneos o linfáticos que suelen aparecer como manchas o protuberancias en la piel. Aunque en la mayoría de los casos no representan un riesgo para la salud, su presencia puede generar inquietud debido a su apariencia o ubicación. Este artículo busca proporcionar información clara y accesible sobre los angiomas, incluyendo sus tipos más comunes y las opciones de tratamiento disponibles.
¿Qué es un angioma?
Un angioma es una acumulación anormal de vasos sanguíneos o linfáticos que forma lesiones visibles en la piel o en órganos internos. Estas malformaciones son benignas, lo que significa que no se convierten en cáncer, y pueden ser congénitas o desarrollarse a lo largo de la vida. Aunque su causa exacta no siempre está clara, en algunos casos se ha identificado que factores genéticos, hormonales e incluso lesiones pueden desempeñar un papel en su aparición.
En términos generales, los angiomas tienen una apariencia distintiva que los hace reconocibles. Suelen presentarse como manchas rojizas o violáceas en la piel, aunque también pueden adoptar formas más elevadas, como nódulos o protuberancias. En la mayoría de los casos, no causan molestias ni afectan la calidad de vida de las personas. Sin embargo, algunos angiomas pueden estar asociados con sangrado o molestias si se localizan en áreas sensibles o si son propensos a traumatismos.
Tipos comunes de angiomas
Aunque todos los angiomas comparten características comunes, existen varios tipos, cada uno con particularidades que los diferencian. Los más frecuentes son el angioma fresa, el angioma en araña y el angioma cereza.
Angioma fresa
El angioma fresa, conocido también como hemangioma capilar, es más común en recién nacidos y niños pequeños. Este tipo de angioma se caracteriza por su color rojo brillante y su textura elevada, que recuerda a la superficie de una fresa. Generalmente, aparece durante los primeros días o semanas de vida y puede aumentar de tamaño durante los primeros meses. Aunque su crecimiento inicial puede ser motivo de preocupación para los padres, es importante saber que la mayoría de estos angiomas tienden a desaparecer de forma espontánea con el tiempo, sin necesidad de tratamiento.
Angioma en araña
El angioma en araña, o nevus araneus, es una lesión que se presenta como un punto rojo central del que parecen salir finas líneas en forma de telaraña. Este tipo de angioma es común en niños y mujeres embarazadas, lo que sugiere que los cambios hormonales pueden influir en su desarrollo. Suelen aparecer en la cara, cuello o extremidades superiores, y aunque en la mayoría de los casos desaparecen sin intervención, pueden tratarse si resultan antiestéticos o causan preocupación.
Angioma cereza
El angioma cereza, también conocido como angioma senil, es uno de los más comunes en adultos mayores. Aparece como pequeñas manchas o pápulas de color rojo o púrpura en la piel, que pueden variar en tamaño. Aunque son completamente benignos, algunas personas optan por eliminarlos debido a motivos estéticos, especialmente si se encuentran en áreas visibles del cuerpo. A diferencia de otros tipos de angiomas, los angiomas cereza tienden a aumentar en número con la edad.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de un angioma es, en la mayoría de los casos, clínico. Esto significa que un dermatólogo puede identificarlo con una simple observación visual. Sin embargo, en algunos casos, cuando la lesión tiene una apariencia atípica o cuando se sospecha de otra patología, puede ser necesario realizar pruebas adicionales como ecografías, estudios con luz especial o biopsias para confirmar el diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, es importante señalar que la mayoría de los angiomas no requieren intervención médica, ya que no representan un riesgo para la salud. Sin embargo, existen varias opciones disponibles para aquellas personas que deseen eliminarlos por razones estéticas o funcionales. Una de las técnicas más utilizadas es la crioterapia, que consiste en aplicar frío extremo sobre el angioma para destruir el tejido afectado. Otra opción es la electrocauterización, un procedimiento que utiliza corriente eléctrica para quemar la lesión de manera controlada. Además, la tecnología láser se ha convertido en una herramienta eficaz para tratar ciertos tipos de angiomas, especialmente los más superficiales, como los angiomas fresa y en araña. En casos más complejos, cuando el angioma es grande o está en una ubicación sensible, se puede recurrir a la extirpación quirúrgica.
La elección del tratamiento dependerá de varios factores, como el tipo de angioma, su tamaño, localización y las preferencias del paciente. Es esencial consultar con un dermatólogo para recibir una evaluación personalizada y determinar la mejor opción en cada caso.
Conclusión
Aunque los angiomas son, en su mayoría, lesiones benignas que no afectan la salud general, pueden generar dudas y preocupaciones, especialmente por su apariencia. Por ello, es importante buscar información confiable y consultar con un profesional médico ante la aparición de cualquier nueva lesión en la piel. Un diagnóstico temprano no solo proporciona tranquilidad, sino que también permite explorar las opciones de manejo disponibles en caso de ser necesario. El doctor Ignacio Sanchez Carpintero es referente en el manejo de estas patologías con láser realizando intervenciones desde la primera semana de vida en algunos pacientes.
En conclusión, los angiomas son un fenómeno común y, aunque pueden parecer alarmantes, suelen ser inofensivos. Con el avance de la medicina y las opciones de tratamiento disponibles, hoy es posible abordar este tipo de lesiones de manera segura y efectiva, garantizando tanto la salud como el bienestar estético de las personas.