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Publicado por Dra. Lopez Couso |3 de enero de 2025

50 over 50; Errores comunes en medicina estética para pieles mayores de 50 años; Lo que deberías saber. 

50 over 50

Con el envejecimiento, la piel sufre una serie de cambios estructurales que transforman su apariencia, su textura y sus necesidades. Para las personas mayores de 50 años, estos cambios se vuelven especialmente notables, presentándose en forma de pérdida de volumen, disminución de la elasticidad y la aparición de arrugas más profundas debido a los cambios internos que sufre la piel, dejamos de sintetizar colágeno (el andamio de la piel) desde los 25 años. En respuesta, la medicina estética se ha enfocado cada vez más en ofrecer soluciones que devuelvan un aspecto fresco y saludable. Sin embargo, a pesar de los avances en técnicas y productos, es común encontrar errores en la práctica estética que pueden comprometer los resultados y la salud de los pacientes. 

En este artículo, exploraremos los 50 errores más frecuentes al realizar tratamientos estéticos en pieles mayores de 50 años, desde la elección incorrecta de procedimientos hasta el mal uso de materiales y la falta de preparación previa. Al comprender estos errores, tanto pacientes como profesionales pueden tomar decisiones y adoptar prácticas más seguras y efectivas, logrando resultados más satisfactorios y naturales. Junto con este conocimiento, esperamos contribuir a una mejor práctica en el cuidado estético de la piel madura, resaltando la importancia de la personalización y la atención a los detalles en cada tratamiento. 

  1. No realizar una buena historia clínica, preguntarle al paciente que enfermedades tiene, ha tenido, cirugías... eventos que nos puedan interferir en los resultados de los procedimientos, así como evitar los que puedan ser dañinos.  No presenta la misma respuesta frente a un tratamiento un paciente polimedicado, que un paciente sin enfermedades concomitantes.
  2. No tener en cuenta el estilo de vida del paciente; priorizar tratamientos que tengan un periodo de recuperación corto y que les permitan seguir realizando sus actividades habituales. Es importante para el buen seguimiento del paciente y de sus rutinas. 
  3. Ignorar el envejecimiento óseo; con el tiempo los huesos van disminuyendo de grosor y tamaño, por lo que presentamos menor sujeción y es determinante a la hora de realizar tratamientos.
  4. Ignorar la laxitud de la piel; a medida que envejecemos nuestros cimientos se debilitan y a pesar de presentar un buen aspecto, debemos siempre enfocarnos en prevenir y tratar la flacidez que pueda existir. 
  5. Síndrome overfilled producido por el exceso de rellenos. Al no tener en cuenta la flacidez la tendencia es a rellenar para devolver un buen aspecto, obteniendo procesos poco naturales, sin solucionar el problema de base. 
  6. Realizar tratamientos muy seguidos; con el envejecimiento, presentamos una menor tasa de recuperación, por ello es importante respetar los tiempos entre tratamientos para que la piel y los tejidos estén en su mejor estado. 
  7. Uso de rellenos inadecuados; es importante un buen diagnóstico para emplear la cantidad de rellenos adecuada y el producto que mejor se ajuste a cada paciente; menos, es más. 
  8. Objetivo “cero arrugas”; tenemos que evaluar las expectativas de nuestros pacientes y hacerles ver que es un proceso a largo plazo y que por ahora en medicina estética no existe la magia. 
  9. No realizar planes de tratamientos; No debemos ir al “defecto” sino que se deben realizar planes globales que cuiden la piel y los tejidos desde el interior al exterior para tener el mejor resultado y más natural. 
  10. Ignorar la pérdida grasa facial; Conocer la anatomía de la zona a tratar y realizar una buena reposición con productos adecuados y conforme al proceso de envejecimiento. 
  11. Empleo incorrecto de neuromoduladores; con el tiempo no todas las arrugas son debidas a los movimientos musculares, sino una combinación de músculo y flacidez por lo que no se resuelve añadiendo más producto sino realizando un buen diagnóstico. 
  12. Realizar peelings muy agresivos; la piel con el envejecimiento presenta menor capacidad regenerativa por lo que tratamientos muy agresivos obtendrán molestias en el paciente y resultados mediocres. 
  13. Ignorar los cambios hormonales; nuestra piel presenta un cambio brusco, en cuanto a recuperación, elasticidad y densidad, debemos preverlo y ajustar el tratamiento a los mismos 
  14. No adecuar el tratamiento a los cambios de peso; con los cambios hormonales sobre todo las pacientes femeninas presentarán cambios rápidos de peso que debemos prever para obtener los mejores resultados. 
  15. No preparar bien la piel, previo a los tratamientos; la piel madura se encuentra con mayor permeabilidad (los enlaces entre células son menores) y hay que adecuar la piel para que tenga mejor respuesta. 
  16. Ignorar las manchas e irregularidades; muchas veces nos centramos en las arrugas cuando lo que mejor aspecto nos da es una piel homogénea. 
  17. No adaptar los tratamientos al género del paciente; los diferentes géneros envejecen de forma diferente teniendo distintas necesidades. 
  18. No realizar un protocolo post tratamiento en el domicilio; adecuar la rutina cosmética al tratamiento realizado y al resultado que se quiera conseguir. 
  19. No respetar tiempos de cicatrización; La capacidad regenerativa y de reparación tisular disminuye con la edad, con lo cual los tiempos para ver un resultado definitivo son mayores.  
  20.  Emplear dispositivos inadecuados; Emplear materiales que respeten la piel delicada y produzca el menor traumatismo. 
  21. No realizar una correcta evaluación ecográfica del envejecimiento cutáneo; es una herramienta indispensable en el diagnóstico para conocer el estado de nuestra piel.
  22.  Realizar sólo tratamientos de inducción de colágeno; el efecto va a ser menor debido a la disminución de la capacidad regenerativa de la piel.
  23.  Abuso de los retinoides; forzar en exceso la renovación celular en pieles envejecidas hace que no lleguemos a recuperar el grosor normal de la piel y tener ese aspecto de “piel de papel” 
  24. Abuso peelings y láseres; por la misma razón previa no permitimos la correcta regeneración, delgadez cutánea y afectación de la barrera cutánea. 
  25. Ignorar los cambios en el microbioma de la piel; las pieles maduras presentan cambios en la flora y hay que saber adaptar los tratamientos cosméticos y estéticos a ello. 
  26. No saber tratar correctamente el acné adulto; presenta diferencias con respecto al juvenil y depende de otros factores. 
  27. Pretender soluciones rápidas; como hemos comentado no tenemos la misma capacidad de adaptación y es necesario realizar planes de tratamiento a largo plazo para que quede natural y no tengamos disgustos a posteriori como el síndrome de overfilled, empeoramiento de las arrugas o aparición de nuevas patologías. 
  28. Resistencia a los tratamientos; por ejemplo, los neuromoduladores, al no respetar los tiempos entre dosis hace que se creen resistencias y que el tratamiento sea menos eficaz. 
  29. Sobre tratar el músculo frontal con neuromoduladores; no porque haya mayor cantidad de arrugas hay que poner más dosis sino que hay que ajustar muy bien los puntos de inyección ya que a medida que crecemos tendemos a usar más el músculo frontal para abrir los ojos y si lo bloqueamos en exceso vamos a presentar más riesgo de caída de párpados y dificultad para la vista. 
  30. Tratar sólo las arrugas; No hacer un buen reposicionamiento y fortalecimiento de las estructuras subyacentes e ir a quitar arrugas “rellenando” hará que la cara tenga más peso y caiga más en el futuro. 
  31. No priorizar el tensado facial; aunque el resultado al principio sea más discreto es importante, primero reestructurar las capas profundas con objetivo de tensar antes que borrar arrugas. 
  32. Sólo emplear técnicas no quirúrgicas; en ocasiones la única solución natural es el quirófano. Nono podemos pretender con tratamientos no invasivos solucionar al 100%, por ejemplo, unas bolsas en los ojos. 
  33. Restar importancia al empleo de fotoprotección solar; hoy en día está muy extendido, pero antes no era así y hay que acostumbrarnos a que, aunque ya tengamos manchas o arrugas nos ayudan a mejorarlas y que no salgan nuevas en el futuro, además de la prevención del cáncer cutáneo. 
  34. No combinar con suplementos alimenticios científicamente probados. Esto suplementosnos ayudan a complementar los tratamientos en consulta y que los resultados sean más rápidos y duraderos.  
  35. Ignorar la importancia de una dieta equilibrada y el ejercicio; a medida que envejecemos nuestro cuerpo cambia y cuanto más cuidado y nutrido este, mejor respuesta tendrá, ya que nuestro exterior refleja nuestro interior. 
  36. No hidratarnos lo suficiente; ya sea bebiendo agua, al menos 2L al día, para mantener el cuerpo con su correcto funcionamiento o con cosmética que nos mantenga la piel hidratada, es la clave junto con la fotoprotección para evitar la flacidez y las arrugas. 
  37. No tener en cuenta el drenaje corporal; al hacer tratamientos estéticos podemos estimular o disminuir la acción de ciertos músculos o áreas que nos ayudan con el drenaje, es importante por ello masajear la zona y descomprimir los vasos linfáticos para no tener efectos adversos. 
  38. Realizar todos los tratamientos iguales; es necesario personalizar cada tratamiento y lo que se hace tu hermana puede no serte útil a ti. 
  39. Aplicar demasiada presión durante los tratamientos o forzar la piel; la piel madura es mucho más frágil y quebradiza por lo que tendremos más riesgo de hematomas y peor recuperación. 
  40. No prestar atención a la esterilización; este tipo de pieles al ser más delicada tiene más propensión cuando la tratamos a presentar infecciones dado que la barrera cutánea está debilitada, por ello es importante la combinación de tratamientos para reforzarla primero y a posteriori realizar los tratamientos más intervencionistas, manteniendo las máximas medidas de desinfección. 
  41. Tratar sólo la cara; los signos de la edad no se reflejan sólo en la cara y nos puede delatar el cuello, las manos, las rodillas, áreas que olvidamos pero que debemos diariamente cuidar para ir acorde y tener el mejor envejecimiento. 
  42. Ignorar las arrugas posturales; presentamos habitualmente por posturas, al dormir, gestos arrugas en su mayoría verticales que no se tratan de la misma forma que las arrugas dinámicas relajando la musculatura o reposicionando, hay que hidratar esa zona y ayudar a corregir hábitos. 
  43. No corregir la asimetría facial; con la edad, las asimetrías se vuelven más evidentes y hay que corregir acorde para no excedernos en un lado o quedarnos cortos en otro.
  44. Empleo abusivo de radiofrecuencias faciales; es mejor tratar menos veces y dejar que la piel poco a poco vaya induciendo su colágeno a forzar esa síntesis ya que podemos producir quemaduras o “agotamiento” cutáneo. 
  45. Tratar manchas sin un diagnóstico; es importante un buen diagnóstico y no pasar por alto lesiones premalignas o cancerígenas. 
  46. Tratar todas las caras de la misma forma; ignorar como era el paciente de joven y tratar reponiendo lo necesario en vez de rellenar para tapar arrugas. 
  47. Uso excesivo de láseres; ocurre lo mismo que con la cosmética, presentaremos adelgazamiento de la piel y posibilidad de quemaduras e hiperpigmentaciones. 
  48. No realizar un buen seguimiento; al ser pieles más delicadas es bueno hablar con el paciente tras el tratamiento ver que todo está correcto y poner solución rápida a todo lo que veamos que puede no ser normal.
  49. Uso inadecuado de hilos tensores; al ser una piel más adelgazada estos hilos pueden notarse como bultos en el área tratada, por ello es importante un buen estado cutáneo. 
  50. No seguir el principio de “Menos, es más”; siempre debemos ser conservadores, contar con la mejor tecnología, mejores productos y profesionales cualificados para que los tratamientos sean lo menos agresivos posibles. 

Conclusiones

Para garantizar los mejores resultados en tratamientos estéticos después de los 50 años, es fundamental realizar una consulta personalizada con nuestros especialistas, quienes evaluarán de manera integral cada caso. Nuestro equipo médico realizará un diagnóstico exhaustivo que incluye una evaluación ecográfica del estado cutáneo, considerando factores individuales como el historial clínico, estilo de vida y necesidades específicas de cada paciente.

Recuerda que cada persona es única, y lo que funciona para otros puede no ser lo más adecuado para ti. Te invitamos a agendar una consulta con nuestros especialistas para desarrollar un plan de tratamiento que se ajuste perfectamente a sus necesidades y objetivos estéticos, para lograr resultados naturales y duraderos.

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