El acné juvenil es el problema dermatológico más frecuente en la adolescencia. Además de prolongarse hasta los 30/40 años o incluso más, puede darse también en edad infantil.
El acné es una enfermedad de los folículos pilosebáceos localizados en la cara, la espalda, el pecho, los hombros e incluso la parte superior de los brazos.
En algunos casos, disminuye la autoestima e incluso afecta a las relaciones sociales de quienes lo padecen. Y causa importantes alteraciones psicológicas.
Además, puede dejar marcas y cicatrices permanentes por lo que es importante realizar un tratamiento precoz y adecuado.
Diagnóstico
Se desconocen las causas concretas del acné infantil y juvenil. También el de la edad adulta. Pero se sabe que intervienen factores de diversa índole. Como los hormonales, que estimulan el crecimiento y secreción de las glándulas sebáceas (aumenta la secreción grasa); el exceso de escamas en los poros y el aumento de bacterias como el propionibacterium acne, que provoca inflamación e infección.
A pesar de que algunos estudios recientes apuntan que la dieta rica en leche y carbohidratos favorece la aparición del acné, la dieta no parece ser un factor determinante para la mayoría de las personas. Y se han realizado estudios que demuestran que alimentos como el chocolate no lo producen.
El estrés tampoco es determinante pero, en ocasiones, algunas personas refieren un empeoramiento relacionado con un estrés excesivo. Alguna de las medicaciones que se prescriben para disminuir el estrés pueden causar o empeorar el acné.
Tratamiento
Si bien hay acnés leves que pueden resolverse de manera espontánea, no es lo habitual. Es importante realizar un tratamiento correcto de forma precoz para evitar la aparición de marcas permanentes.
Habitualmente comenzamos con procedimientos no agresivos como peelings superficiales, láseres y terapia fotodinámica y variamos o aumentamos la pauta en función del caso.
Dependerá del tipo de acné, de su severidad y de la edad del paciente. El 95% de los casos se curan.
Solo un dermatólogo pude prescribir los tratamientos más eficaces. Ciertas fórmulas orales de prescripción médica pueden ayudar a controlar los casos leves-moderados en combinación con medicamentos tópicos. Es probable que haya que hacer más de un ciclo.
Todos los pacientes con acné infantil y juvenil deben seguir estas medidas generales:
· Lavado suave de la cara una vez al día, preferiblemente por la noche.
· No utilizar cosméticos comedogénicos (cremas muy grasas). Las fórmulas grasas de fotoprotectores, maquillajes y cremas pueden empeorarlo.
· No tocar lo granos. Cuando uno las manipula, especialmente sin las condiciones higiénicas adecuadas, se corren riesgos de inflamación (se atraen células inflamatorias a la lesión con la consecuente aparición de rojez, hinchazón y molestias); de infección (especialmente por bacterias presentes en las manos, que puede provocar abscesos –colecciones de pus– y que han de ser tratados quirúrgicamente en consulta o en quirófano); de manchas (toda inflamación puede acompañarse, sobre todo en pieles con facilidad para broncearse, de manchas oscuras o claras), y de cicatrices.
La manipulación puede generar excoriaciones (abrasiones de las capas superiores de la piel), que provoquen cicatrices muy difíciles de borrar totalmente.
Mejoran mucho combinando tecnología láser Co2 fraccionado con tratamientos en consulta.
Eso si, no debemos plantear el tratamiento de las cicatrices de acné hasta que hayamos conseguido detener la aparición de lesiones activas.