La sarna o escabiosis es una enfermedad muy pruriginosa transmitida por la infestación del ácaro Sarcoptes Scabiei. Tiene distribución mundial y afecta todo tipo de edades, razas y grupos socioeconómicos. Se transmite fundamentalmente por contacto estrecho con personas afectas. También por transmisión sexual y fómites (ropa, sábanas, escamas de piel que contengan el ácaro). La infestación es más frecuente en niños y adultos sexualmente activos.
Las manifestaciones clínicas se deben a la entrada del parásito y a la respuesta inmunitaria que se genera en el huésped a esta entrada. Suelen transcurrir de entre 4 a 6 semanas desde que sucede la parasitación hasta que el paciente empieza a desarrollar síntomas. En posteriores infestaciones, los síntomas aparecen rápidamente porque el huésped ya está sensibilizado al parásito.
El ácaro de la sarna humana se trasmite entre personas. El ácaro macho muere después de la cópula. La hembra fertilizada excava un túnel en la piel (epidermis) y pone hasta 50 huevos en 4-6 semanas. Los huevos tienen larvas que emergen a los 3-4 días y se transforman en ácaros adultos en 10-14 días. Los ácaros sólo viven de 2 a 3 días fuera de la epidermis. El número promedio de parásitos por paciente es de 12.
El síntoma más característico es el picor intenso que se intensifica por la noche. Los surcos acarinos son unas pequeñas líneas de trayecto sinuoso que genera el ácaro mientras va despositando los huevos. Los dermatólogos, mediante el uso del dermatoscopio, podemos observar la presencia del ácaro en el extremo de avance. Esto es lo que denominamos “imagen en ala delta”. Suelen observarse en muñecas y pliegues interdigitales. En los varones es típica la presencia de nódulos escabióticos en el escroto. En mujeres, suelen estar afectas la zona vulvar y las areolas mamarias. Otras manifestaciones más inespecíficas son escoriaciones por rascado, eritema y cierta descamación en diversas partes el cuerpo. En los lactantes es típica la presencia de vesículo-pústulas en zonas acras (manos y pies).
La sarna costrosa es una forma muy infrecuente de sarna que suele darse en pacientes ancianos o inmunodeprimidos. Se debe a una infestación masiva por miles de ácaros con la presencia de múltiples surcos acarinos. Se produce un eritema y descamación por toda la superficie corporal y de forma más acusada en plantas y palmas.
Tratamiento
El tratamiento se realiza con fármacos antiparasitarios como permetrina tópica e ivermectina oral. Es muy importante tratar a todos los convivientes de la persona afecta y a las parejas sexuales e intentar que lo hagan al mismo tiempo. Las medidas higiénicas son fundamentales para destruir los restos de ácaros que puedan haber quedado en la ropa del paciente, en sábanas o sitios donde se éste se siente habitualmente. Se debe lavar la ropa a temperatura elevada y meter en bolsas de plástico cerradas aquellas prendas que no se puedan lavar durante al menos 8 días.
Aunque se haya erradicado la infestación, hay que advertir a los pacientes de que el picor y algunos tipos de lesiones reactivas pueden persistir semanas después de haber finalizado el tratamiento.