La fibrosis cutánea radioinducida y el linfedema son dos de las consecuencias que pueden ocurrir en zonas de la piel tratadas con radioterapia en los tratamientos oncológicos.
La fibrosis cutánea se traduce en una piel más firme, con pérdida de elasticidad y endurecimiento. También aparecen áreas de retracción, afectando al tejido subcutáneo como la fascia y el músculo.
En estos pacientes, además, existe una retención de líquido en la dermis e hipodermis, pudiendo causar linfedema doloroso en el brazo (en pacientes con cáncer de mama sobre todo si han sido tratadas con linfadenectomía) o submentoniano (en pacientes con tumores de cabeza y cuello).
Procedimiento
La fibrosis cutánea radioinducida y linfedema se trata con tres técnicas:
– Lipotransferencia autóloga
– Técnica LPG® (no disponible en CDI)
– Drenaje linfático manual (servicio de Rehabilitación / Fisioterapia, no disponible en CDI)