Descripción
Prevención primaria
Entendemos por prevención primaria las acciones dirigidas a evitar que aparezca el melanoma. La aparición de un melanoma puede verse favorecida por factores genéticos y ambientales. Sobre los factores genéticos no podemos actuar directamente. El factor ambiental que tiene más relevancia como agente causal del melanoma es la exposición solar excesiva e inadecuada.
a) Factores genéticos: no podemos modificarlos y en la mayor parte de los casos tampoco sabemos en qué medida están presentes en cada persona. Pero hay datos indirectos que revelan su presencia y nos ayudan a identificar a las personas con mayor riesgo de melanoma. Cuantos más de estos datos confluyan en la misma persona, mayor será el riesgo. Entre estos datos se encuentran:
- Haber padecido ya un melanoma.
- Tener antecedentes familiares de melanoma.
- Tener un número elevado de lunares.
- Tener lunares atípicos (generalmente aplanados, con ligera asimetría, borde algo irregular, coloración algo irregular o muy oscura).
- Confirmación histológica de displasia en algún lunar ya extirpado.
- Presencia de abundantes pecas.
- Piel clara con facilidad para la quemadura solar y dificultad para el bronceado.
- Ojos claros y pelo rubio o pelirrojo.
La genética del melanoma es compleja y los factores antes mencionados no son modificables. Pero si los reconocemos en una persona dada, sí podemos influir sobre el factor ambiental modificable: la exposición solar excesiva e inadecuada.
b) Factores ambientales: se relacionan con una exposición solar excesiva e inadecuada y debemos destacar dos patrones de exposición solar a evitar:
- Quemaduras solares como consecuencia de una exposición solar intensa e intermitente.
- Exposición solar prolongada en zonas descubiertas, como la cara y el dorso de las manos. Más frecuente en personas que por sus ocupaciones pasan mucho tiempo al aire libre.
En nuestra opinión, las medidas de prevención primaria del melanoma deben incluir:
1. Identificación de las personas con mayor riesgo, para informarles sin alarmismo sobre medidas de protección solar y vigilancia de sus lunares.
2. Protección solar razonable y adaptada a las circunstancias personales de cada paciente, procurando evitar siempre la quemadura solar. Valorar la indicación de suplementos de vitamina D si la protección solar es muy estricta.
3. Vigilancia de los lunares atípicos: muchos melanomas podrían surgir por cambios en lunares atípicos. Detectando lunares atípicos inestables que ganan atipia y extirpándolos profilácticamente podemos prevenir el desarrollo de algunos melanomas. La mejor opción actual para detectar cambios problemáticos en lunares atípicos es su seguimiento con dermatoscopia digital.
Prevención secundaria
Entendemos por prevención secundaria las acciones dirigidas a favorecer el diagnóstico precoz del melanoma. Estas medidas deben adaptarse al riesgo de melanoma de cada persona y a la dificultad para su vigilancia en función de la abundancia y atipia de sus lunares, e incluyen:
1. Autovigilancia aplicando la regla ABCD-E: buscar lunares con Asimetría, Borde irregular, Coloración irregular o muy oscura y Diámetro mayor de 6 mm (la sospecha de melanoma será mayor cuantas más características ABCD se den en un lunar). Si se detecta un lunar con alguna de estas características es aconsejable consultar al dermatólogo. Si además cumple la E (Evolución, cambios en el lunar), la consulta médica debería ser inmediata.
2. Autovigilancia apoyada en controles fotográficos: pretende facilitar la detección de lunares nuevos y/o inestables en pacientes con un número moderado de lunares no atípicos.
3. Vigilancia médica apoyada en controles fotográficos y dermatoscopia manual: en pacientes con un número moderado de lunares con ligera atipia clínica la autovigilancia comienza a ser problemática y es preferible que un dermatólogo vigile periódicamente a estos pacientes.
4. Vigilancia dermatológica apoyada en controles con dermatoscopia digital: es la opción indicada en pacientes con un número elevado de lunares y/o con lunares atípicos. Esta opción puede estar también indicada en pacientes con pocos lunares pero con otros factores de alto riesgo para melanoma. Este tipo de seguimiento nos ofrece mayor precisión diagnóstica cuando es empleado por personal experto y es la principal actividad asistencial desarrollada en nuestra Unidad.
Para obtener más información puede consultar el Blog del Dr. Pizarro.