Su aplicación es rápida (de 15 a 30 minutos) y segura, pudiendo retomar su vida social y/o laboral inmediatamente.
En pocas ocasiones es preciso aplicar crema anestésica previamente.
Primeramente, se define y marca con un lápiz la dirección en la que deseamos que se produzca la mayor tensión.
Los hilos se implantan en la dermis gracias a unas agujas finas y muy flexibles. El número de hilos y su dirección varía en función de las necesidades de cada persona.
Recomendaciones posteriores
Para asegurar un perfecto tensado de la piel hay que evitar la manipulación manual del área tratada durante los primeros días.
Las molestias posteriores consisten en inflamación discreta transitoria y posibilidad de hematoma, ambos sin trascendencia clínica que se resuelve en pocos días.
No hay inconveniente en aplicar los tratamientos cosméticos habituales, incluido el maquillaje.
Se realiza una primera evaluación tras el tratamiento en un plazo de 2 a 4 semanas, aunque los resultados definitivos pueden llegar a verse a los 2 o 3 meses.
Si es necesario, se pueden implantar nuevos hilos hasta conseguir el efecto deseado.