La alopecia frontal fibrosante (AFF) es un tipo de alopecia cuya incidencia ha aumentado mucho en los últimos años. Es más frecuente en mujeres postmenopáusicas aunque puede afectar a mujeres en edades tempranas de la vida e incluso a varones.
La causa es desconocida, pero se cree que es un tipo de alopecia autoinmune, es decir, que las propias defensas del organismo son las que reconocen al folículo piloso como extraño y lo destruyen.
Diagnóstico
En muchas ocasiones no hace falta ninguna prueba complementaria para el diagnóstico aunque es posible que, si existen dudas, se realice una biopsia para confirmarlo: se toma una muestra pequeña, generalmente de 4-5 mm, de cuero cabelludo para examinarla al microscopio.
También se pueden solicitar análisis de sangre para descartar déficits nutricionales, alteraciones hormonales, etcétera.
Este tipo de alopecia se caracteriza por un retroceso de la línea de implantación del pelo, es decir, cada vez se va haciendo la frente más grande, y no es raro que se acompañe de pérdida de cejas o de vello corporal.
Los pacientes afectos por esta enfermedad pueden presentar picor en el cuero cabelludo y enrojecimiento de la zona afectada.
Tratamiento
Aunque se trata de una alopecia cicatricial (el pelo que se ha perdido no se vuelve a recuperar) sí que existen actualmente tratamientos efectivos para frenar el avance de la enfermedad, tenerla controlada y que la pérdida de pelo no vaya a más.
Si tiene, o cree que puede tener, este tipo de alopecia, no dude en consultar con un especialista, ya que cuando antes se realice el diagnóstico y se comience con el tratamiento, mejor será la respuesta y menor la pérdida capilar.