Objetivo CDI: Erradicar el Pian en África
Nuestro Director Médico, el Dr. Ricardo Ruiz, ha viajado hasta Burundi con el fin de hacer un diagnóstico preciso y organizar una estrategia para acabar con el Pian. Os dejamos su diario de viaje.
¿Qué hace un dermatólogo con su familia en Burundi?
Mis hijos, mi mujer y yo estamos en Burundi, un país del este de África, probablemente el más pobre del mundo. El motivo es confirmar que podemos ayudar a la población del norte de Burundi a nivel dermatológico y a nivel social.
La historia es emocionante. El año pasado el Doctor Cesar Casado, brillante cirujano plástico de Ruber Internacional, operó a un niño con quemaduras llamado Gilby. Yo tuve la suerte de que pasara una noche del posoperatorio en mi casa, donde Gilby conoció a mi familia y se hizo amigo de mis hijos. A pesar de las comodidades materiales, nos llamaba la atención que después de la cirugía Gilby quería volver a Burundi para estar con los suyos.
Meses después, miembros de Ruber Internacional, entre otros la jefa de servicio de traumatología, la Dra. Gómez Arrayas, fueron a ver a Gilby a Burundi y a intentar ayudar en la zona.
La Dra. Gómez Arrayas nos comentó que había un porcentaje enorme de niños con unas úlceras enormes que producían cicatrices muy desfigurantes. Nos mandaron fotos y entre todos llegamos a la conclusión que estas úlceras estaban producidas por una bacteria, el Treponema pallidum, enfermedad tropical que se llama PIAN (en inglés Yaws)
Animados por la experiencia de mis compañeros del Ruber Internacional, hace dos días llegamos a Burundi. Hoy hemos visitado el centro de las hermanas de la madre Teresa de Calcuta en Kirundo. Las hermanas acogen todo tipo de personas en su centro, desde niños abandonados, con SIDA, con enfermedades, enfermos psiquiátricos, etc. ¡Son magníficas! Lo que más sorprendía era la sonrisa de felicidad que tenían constantemente los niños. Y lo cariñosos que eran. Los niños constantemente querían tocarte la piel blanca y darte la mano.
Hoy he tenido la oportunidad de ver pacientes en su consultorio, y había varios niños con úlceras y cicatrices, e incluso afectación ósea, con el diagnóstico de PIAN. La buena noticia es que esta enfermedad se puede tratar con una monodosis de azitromicina, antibiótico que puede cambiar la vida estos niños, y que es un tratamiento eficaz, barato y sin efectos secundarios.
Os contaré más detalles de esta maravillosa experiencia que estamos viviendo. Quería dar las gracias a la ONG ASU, Asociación Solidaria Universitaria (https://www.asuong.org/ ) y en especial a la doctora Marta Conde, que nos ha organizado la visita y es el alma del proyecto. ¡Os animo a colaborar con ASU! Es impresionante la labor que realizan.
Asimismo quería dar las gracias al Dr Cesar Casado y su equipo, que ha operado a muchos pacientes aquí en Burundi, y a la Dra. Gómez Arrayas, que entre otras muchas cosas también ha operado aquí y nos ha animado a venir. Además la Dra. ha conseguido medicación (azitromicina) para estos pacientes con PIAN.
Estamos emocionados con la experiencia. Creo que la dermatología moderna puede ayudar mucho aquí. Mis hijos están disfrutando enormemente de poder ayudar y a mi me encanta que se den cuenta que para ser feliz no hace falta tener cosas sino estar rodeado de gente que te quiere. Sin duda vamos a regresar con mucho más de lo que hemos venido.
¡Seguimos en Burundi!
Vayamos a donde vayamos los niños se sorprenden al ver nuestra piel blanca y gritan “mzungu” (blanco). Algunos se asustan. Otros se aventuran a tocarla. La forma de decir hola es decir PAZ (Amahoro)
Burundi es un país muy pequeño (del tamaño de Galicia) que según la Dra. Marta Conde gran conocedora de Burundi, para nosotros está en “el culo del mundo”, para ellos es “el corazón de África”. A pesar de ser tan pequeño, el índice de natalidad es muy alto (cada mujer tiene entre 5-6 niños en su vida) por lo que vemos gente por todos lados, sobre todo niños.
Burundi ha sufrido mucho por las guerras de etnias. En Burundi conviven 3 etnias: hutus, tutsi y batwa o pigmeos, que son los más pobres. Ahora viven en paz.
Os cuento por encima lo que estamos haciendo a nivel de ayuda social. En el siguiente post os hablo de la ayuda médica.
Os dije que estuvimos en Kirundo con las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta que trabajan y dedican su vida a cuidar a los más pobres de entre los pobres. Toda una experiencia conocer su centro y poder llevarles medicación y material de curas, y ropa a los niños huérfanos residentes del centro.
También hemos estado en Ndava, un pueblo a 40 minutos de Ngozi donde la ONG ASU ha construido una escuela primaria, la secundaria en construcción y un magnífico centro materno-infantil. Una mujer acababa de dar a luz en unas condiciones de seguridad e higiene maravillosas. El camino es una pasada, saliendo niños de todas las esquinas para seguir a los coches de los mzungu.
También visitamos poblados de los Batwa o pigmeos, la etnia minoritaria en Burundi y la más pobre. Visitar su pueblo es un impacto emocional fuerte, pero es increíble cómo con visitarlos ya les produce una gran ilusión.
Como podéis ver en el vídeo de Instagram @ricardoruizdermatologo repartimos ropa, zapatos, gafas de sol (son un tesoro y las llaman Amarori) y chuches. Y pudimos colaborar en la construcción de alguna casa de ladrillos de adobe, ya que sus chozas arden con facilidad por lo que hay muchos niños con grandes quemaduras. Estas acciones las pudimos hacer a través de la ONG ASU.
A la dieta de los niños les falta proteína por lo que nos sugirieron que compráramos cabras a familias con la condición de que no se las coman rápido, las crucen y beban su leche. Podéis ver en el vídeo el proceso de selección.
En resumen, para poder ayudar aquí no hace falta ser médico. De todas formas, la sensación que le queda a uno es que nuestra ayuda es pequeña e insignificante.
El Pian: la "sífilis de los niños" que nos ha traído a Burundi
Hoy hemos estado en el hospital de Ngozi, una de las principales ciudades de Burundi. Había muchos pacientes ingresados con lesiones sugestivas de PIAN, enfermedad que fue el motivo de nuestro viaje. Todos estos enfermos estaban sin diagnosticar y sin tratar.
El pian también se llama yaws, framboesia, buba, parangi, y paru dependiendo del país. Es una enfermedad endémica tropical producida por una bacteria muy similar a la que produce la sífilis, la espiroqueta Treponema pallidum ssp pertenue. A pesar de que esta enfermedad también se la conoce como la “sífilis de los niños”, no se contagia por vía sexual sino por contacto directo piel con piel.
La enfermedad se manifiesta en la piel en forma de grandes úlceras y costras, y en los huesos, con inflamación de los mismos. Las secuelas de esta infección son terribles, con formación de enormes cicatrices desfigurantes y dolorosas, así como destrucción de huesos.
Cuando los dermatólogos de CDI y Ruber Internacional creamos un chat de teledermatología para orientar a los sanitarios de la ONG ASU que estaban en Burundi nos dimos cuenta de algo interesantísimo: ¡La mayor parte de las fotos que nos mandaban eran de pacientes que padecían pian! ¡Y podían ser tratados y curados! Es lo bueno de trabajar rodeado de magníficos dermatólogos.
El pian es endémico en algunas áreas rurales de América central y del sur, África ecuatorial e islas del Sudeste asiático como Papúa Guinea, es decir, zonas superpobladas con mala higiene en general, condiciones existentes en la zona de Burundi donde nos encontramos.
Hay un fantástico estudio publicado por el brillante internista y epidemiólogo español Oriol Mitjà en la revista New England Journal of Medicine en el cual demuestra que con solo 3 dosis de azitromicina, una cada 6 meses, tratando a los pacientes con pian y a sus familiares, se consigue erradicar la enfermedad en la zona endémica. La azitromicina es un antibiótico barato, y sin efectos secundarios relevantes.
Este hecho fue lo que nos motivó a venirnos a Burundi: intentar erradicar el pian en esta región de Burundi. Soy muy optimista. Hemos creado una serie de contactos con personal sanitario, desde enfermeros a direcciones médicas, para poder hacer el seguimiento de esta iniciativa. Pero falta mucho por hacer. Conseguir la medicación y distribuirla es ahora nuestra prioridad.
Creo sinceramente que administrando azitromicina oral de forma adecuada a estos pacientes y a sus familiares lograremos erradicar esta terrible enfermedad de esta región de Burundi.