No molestar, piel en recuperación
La noche supone un momento de “recuperación o puesta a punto” para todo nuestro organismo incluida la piel, por eso es importante seguir una serie de pasos que nos permitan restaurar, minimizar, mejorar o combatir los efectos que el paso del tiempo, la radiación solar, la contaminación, el estrés o problemas hormonales tienen sobre esta y que se manifiestan en forma de arruga, acné, falta de luminosidad o flacidez entre otros. Independientemente del tratamiento específico de determinadas patologías como el acné o la rosácea os voy a indicar los pasos, y activos que no deberían faltar en la rutina de noche para el cuidado de nuestra piel.
Paso 1: LIMPIEZA
-Si nos hemos maquillado es conveniente hacer una doble limpieza con un producto oleoso que nos ayude a retirar de forma eficaz los restos, seguido de una limpieza con algún producto de base acuosa (mousse, gel, espuma…) que retire tanto restos de impurezas como los residuos que hayan podido quedar del limpiador anterior.
-Si no existe maquillaje seria suficiente con el limpiador de base acuosa. También existen limpiadores oleosos que se retiran con aclarado y que serian validos en ambos casos, pero independientemente de esto siempre debemos elegir un limpiador que respete el equilibrio de nuestra piel.
-Exfoliante, debemos considerarlo un importante complemento de la rutina de limpieza, es el invitado estrella que aparece en el episodio un par de veces por semana.
Paso 2: CONTORNO DE OJOS
Este producto nos puede ayudar a cuidar y retrasar la aparición de signos de envejecimiento en una zona especialmente delicada y de difícil recuperación. Activos como retinol, péptidos de efecto tensor, ácido hialurónico, ceramidas, aceites vegetales o despigmentantes son algunos de los activos que deberemos buscar para obtener los mejores resultados, tratando a la vez que hidratamos y nutrimos el contorno de los ojos.
Paso 3: TRATAMIENTO
No todas las noches pondremos el mismo tratamiento. Algunas noches aplicaremos productos que traten de manera eficaz y con ello mejoren la calidad de nuestra piel combinado con otros que nutran, regeneren, hidraten y en definitiva “mimen” y equilibren el manto hidrolipídico. Entre los activos de tratamiento encontramos retinol o alfa-hidroxiácidos como el glicólico que debemos poner en unas u otras concentraciones según nuestras necesidades y tipo de piel (actualmente la forma en que los activos penetran en la piel permiten a personas con pieles sensibles o reactivas usar este tipo de activo que antes quedaba prácticamente descartado), mientras que el resto de las noches deberíamos utilizar productos que nos ayuden a hidratar, nutrir y regenerar por lo que deberíamos buscar emulsiones (para aportar la parte grasa), productos de ácido hialurónico (que cubran las necesidades de agua), factores de crecimiento o ceramidas, consiguiendo con ello equilibrar y corregir la sensación de tirantez o descamación que renovadores celulares como los mencionados anteriormente suelen provocar (sobre todo durante el periodo de adaptación a los mismos).
En definitiva, invertir en los activos y productos correctos de nuestra pauta de cuidado diario nos permitirá mejorar la calidad de la piel con una rutina cosmética sencilla y eficaz. ¡Invertir un par de minutos en una misma nunca tuvo tantas ventajas!
¡Duerme, repara y cuida tu piel!