“No me quites las arrugas. Hazme más feliz”
Los pacientes han cambiado su forma de pedir tratamientos, especialmente los hombres: para ellos, las emociones pesan más que las arrugas. Nuestro reto es mayor.
"No me quites las arrugas. Hazme más feliz". “Borra mi cara de cansado”. “No quiero parecer triste”. “Me dicen que estoy enfadado”…
Los expertos en dermatología estética tenemos muchas herramientas para suavizar lo que desvelan los rasgos: las arrugas, bolsas, flacidez… Pero todo se queda a medias si no aportamos luminosidad.
¿Qué es la luminosidad?
La luminosidad es la capacidad que tiene la piel para reflejar la luz. Bajo una misma la luz, una piel con poca luminosidad se percibirá como una piel apagada y opaca, mientras que una piel con mucha luminosidad se verá lustrosa.
¿Qué factores influyen en la luminosidad?
En esto influyen muchos factores, entre ellos destaca la cantidad de grasa, la limpieza de la piel, la presencia de puntos negros, los depósitos de melanina, la textura o el espesor de la epidermis.
Tratamientos estéticos para la luminosidad
Se pueden realizar distintos tratamientos en cabina, como peelings, limpiezas profundas, infiltraciones o láser.
El láser juega un papel muy importante en la restauración de la luminosidad de la piel pudiendo actuar de forma profunda a varios niveles: hiperpigmentaciones y discromías, ectasias vasculares, arrugas finas y textura de la piel, tamaño del poro, entre otros.
La luz pulsada intensa o IPL, el láser de Co2 no ablativo y otros láseres fraccionados son excelentes herramientas para trabajar a todos los niveles de forma simultánea mejorando el tono y la textura de la piel.
Luego existen otras opciones más específicas para cada problema como el láser vascular para las ectasias vasculares, los láseres específicos para lesiones pigmentarias, los láser para eliminación de lesiones sólidas o voluminosas, etc.
Ingredientes cosméticos que aportan luz
La luminosidad a la que se refieren las cremas hace referencia a dos tipos de acciones que tienen los productos tópicos en la piel.
La más inmediata, el famoso efecto flash, que se obtiene gracias a algunos compuestos activos como proteínas y polímeros de alto peso molecular que forman una película sobre la piel. Al evaporarse el agua, esa película proporciona un efecto de tensado que refleja la luz de manera uniforme.
Por otro lado, la capacidad (limitada) para mejorar la calidad de la piel a largo plazo gracias a la acción de compuestos que mejoran la textura y el tono, manteniendo niveles adecuados de hidratación cutánea, regulando la producción de sebo y corrigiendo pequeñas imperfecciones como manchas, comedones, etcétera.
¿Qué buscar en mi crema?
- Activos antioxidantes, como la vitamina C y el ferúlico
- Hidratantes como el ácido hialurónico
- Despigmentantes que incluyan ácido kojico, hidroquinona, o ácido láctico
- Seborreguladores como el ácido salicílico y el ácido azeláico
- Renovadores epidérmicos, como el retinol, el glicólico y otros alfa hidroxiácidos
- Y, sobre todo un buen fotoprotección de amplio espectro, adecuado a nuestro tipo de piel, con filtro UVB, UVA, luz visible y azul.
Hábitos saludables que iluminan la piel
Además de las herramientas cosméticas y estéticas, para obtener una piel luminosa es importante adquirir o mantener hábitos saludables de alimentación.
Esta debe ser rica en fruta y verdura eliminando o limitando al máximo el alcohol, los alimentos ultraprocesados y azucarados.
Es también importante realizar actividad física moderada, respetar las horas de sueño, controlar el estrés físico y emocional, abandonar el hábito tabáquico y evitar en la medida de lo posible la exposición a contaminación y polución ambiental.
Además, es muy importante reducir el tiempo de exposición a las pantallas y protegerse adecuadamente del sol con factores de protección solar altos y todos los días del año.