Fotos vs vídeo o vida real: así están cambiando los retoques estéticos.
Con los retoques estéticos, los pacientes buscan mejorar su imagen global, retrasar el reloj, borrar enfados, tristezas, cansancio. Y quieren que el resultado, aunque evidente, sea natural. Que no cambie su esencia, anatomía o gestualidad. Y, el más difícil todavía: que quede bien tanto en las fotos como en el vídeo o en la vida real.
El reto es cada vez complejo: hay que hacer un buen diagnóstico, definir la estrategia más adecuada para lograr el objetivo deseado; elegir los tratamientos que se ajusten a las necesidades, condicionantes y expectativas; tener el conocimiento, la técnica y la tecnología, aplicarla de forma óptima, a las dosis exactas en los lugares precisos… Y todo tiene que verse perfecto tanto en estático como dinámico.
Del "estese quieto" al "muévase".
Como en cualquier especialidad médica, lo más importante es realizar un buen diagnóstico. Para mí, es la parte más importante de la consulta, a la que hay que dedicar el tiempo necesario.
Primero evaluamos al paciente en reposo, fijándonos en las pérdidas de volumen, la flacidez, las sombras, la estructura ósea…
A continuación, debemos evaluarlo en movimiento, de forma que podamos ver pequeñas asimetrías, fuerza muscular… Habitualmente le pedimos que haga gestos: una amplia sonrisa, cara de enfado, expresión de sorpresa…
Los rellenos afectan al movimiento muscular
En los últimos años, en medicina estética hemos aprendido que los rellenos, además de aportar volumen, pueden actuar como miomoduladores. Es decir, regular al alta o a la baja la fuerza de un determinado grupo muscular. Gracias a este descubrimiento, con una técnica específica podemos corregir, por ejemplo, la sonrisa gingival (la que destapa la encía).
Con el movimiento en mente, saber dónde depositamos el producto es clave. Bienvenido ecógrafo.
La última novedad que hemos incorporado en la consulta es el uso del ecógrafo. La ecografía es un método diagnóstico indoloro, reproducible, que nos aporta información anatómica concreta del paciente que tenemos enfrente.
Sirve para ser más eficaces y reducir la posibilidad de efectos adversos indeseados. Nos proporciona una imagen de todas las estructuras anatómicas profundas, que son distintas en cada uno de nosotros. De este modo, el tratamiento se personaliza al máximo.
Y hay que olvidarse del "solo quiero labios".
Un aspecto natural y elegante pasa por la combinación de tratamientos.
Por un lado, existen los inyectables las arrugas de expresión.
Por otro, están los rellenos. Recuerda que no tienen por qué aportar volumen. Hay fórmulas voluminizadoras, si, pero también las hay solo hidratantes, con efecto lifting e inductores de colágeno que redensifican la dermis profunda, mejoran la calidad de la piel y ayudan contra la flacidez y pérdida de firmeza.
Otra categoría de productos que se aplican con aguja son los complejos polirrevitalizadores, que ayudan a mejorar la calidad de la piel. Hidratan en profundidad para que la piel se vea más luminosa.
Luego están los láseres y otras fuentes de luz (luz pulsada intensa) que ayudan a tratar las manchas de sol (léntigos solares), rojeces (cuperosis), arrugas finas, textura y aspecto de los poros.
Y en último lugar, incluiría la aparatología, como la radiofrecuencia o los ultrasonidos focalizados de alta intensidad, que complementan y potencian todos los tratamientos realizados previamente.
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En CDI somos pioneros en la aplicación de la experiencia médica para mejorar problemas estéticos y en buscar soluciones estéticas mínimamente invasivas para resolver casos médicos sin cirugía.
Y centro de referencia en el manejo médico de complicaciones en los tratamientos estéticos.