Brotes de sarna: ¿qué debemos saber?
La sarna (o escabiosis) es una enfermedad dermatológica producida por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei, que produce un intenso picor, que característicamente empeora por la noche y no afecta a la zona de la cabeza. Aunque pueda sonar a enfermedad de otra época, lo cierto es que en la actualidad los dermatólogos estamos viendo muchísimos pacientes con esta patología tan molesta.
Aunque probablemente la sarna ha afectado a la Humanidad desde sus inicios, no fue hasta 1687 cuando el médico naval Bonomo describe el agente causante y los posibles modos de transmisión de la enfermedad. Antes se pensaba que el ácaro era una consecuencia y no la causa de la enfermedad. Antiguamente se pensaba que las personas con sarna la padecían por haber cometido algún pecado.
¿Cómo se contagia la sarna?
El contagio se produce mediante el contacto estrecho piel con piel, por ejemplo durante las relaciones sexuales, pero también por el contacto con sábanas, toallas o ropa de personas infestadas.
Lo más característico es la aparición de un picor intenso de manera más o menos brusca, que empeora por la noche, y que en ocasiones se puede acompañar de lesiones cutáneas en forma de pequeños bultos rojizos (nódulos escabióticos) en genitales, axilas o glúteos. También se pueden visualizar unas pequeñas heridas lineales (surcos acarinos), que son los “túneles” que va excavando el ácaro en la piel.
En ocasiones el diagnóstico es difícil porque estas lesiones no son nada evidentes y pueden pasar desapercibidas si no se buscan activamente.
Cuando tenemos dudas realizamos un raspado de los surcos con un bisturí (solo de la capa córnea, es una técnica que ni duele ni sangra) y lo examinamos al microscopio para ver de manera directa al ácaro.
¿Cómo se trata un brote de sarna?
El tratamiento se realiza con cremas con permetrina, pastillas de ivermectina y, en casos de ausencia de respuesta a los anteriores, con vaselina azufrada. Es importante repetirlos a la semana, ya que los huevos no se eliminan mediante estos tratamientos y pueden seguir saliendo nuevos ácaros.
También es muy importante lavar toda la ropa en contacto con el paciente a una temperatura elevada, o guardarla en bolsas de plástico sin que entren en contacto con la piel al menos 48 h.
Por último, aquellas personas que hayan estado en contacto estrecho con el paciente, y aquellos con quienes conviva, deberán hacer el tratamiento aunque no tengan síntomas, ya que desde que una persona se contagia hasta que desarrolla los síntomas pueden pasar varias semanas.
Los tratamientos para la sarna resecan la piel y pueden producir picor por sí mismos. Además, el picor puede durar varias semanas tras haber realizado correctamente el tratamiento, por lo que si esto ocurre es importante la valoración por un dermatólogo experto para que establezca si se trata de una persistencia de la sarna o no.